Despues de escuchar la magistral enseñanza de nuestro pastor Iván Castro Rodelo, cuya tematica es "Vi yo al Señor", tema este iniciado por nuestro amigo el Pastor Carlos Nader, no me quedó más que seguir investigando acerca de los personajes bíblicos que tuvieron este encuentro cara a cara con Dios. Como me impacto mucho la enseñanza del encuentro de Jacob con Dios, seguí leyendo y me encontre con que este tuvo un nuevo encuentro con el Señor como ce encuentra relatado en Genesis 35: 1-21.
De esta historia quedan también muchas enseñanzas. La más importante, pienso yo acá en la cocina, es la de la necesidad de un nuevo encuentro con Dios. Pareciera que Jacob había olvidado lo que Dios podía hacer por él y se angustió mucho por causa del incidente de sus hijos con Siquem y con los heveos en general. Jacob tenía miedo de salir de la ciudad por que se encontraba rodeado de los que, ahora, eran sus enemigos. otras enseñanzas que están este pasaje y que vi solo a vuelo de pajaro son:
Regresar al lugar del encuentro con Dios (Bet-el)
Dejar de lado lo que habia contaminado a la familia y que seguramente les alejaban de Dios (Los idolos mencionados en el versiculo 2)
Levantar altar a Dios (¿A quién habian estado adorando por esos dias?)
La necesidad de que Dios le recordara su verdadera identidad ("Te recuerdo que ya no eres Jacob, ahora eres Israél" - Vencedor, un principe de Dios- Versiculo 9)
Recibir la confirmación de las promesas (versiculos 11 y 12)
El compromiso de multiplicarse para que esa bendición dada a él, se extendiera a todo el mundo ("Crece y multiplicate...")los creyentes debemos entender que nuestra vida no cambiará totalmente con un solo encuentro con Dios. Necesitamos verle cara a cara en el día a día, buscarle; de lo contrario corremos el riesgo de volver a convertirnos en Jacobs, llenos de temor y dejando que los idolos ocupen el lugar de Dios...
Es tiempo de volver a Bet-El y levantar altar al Dios que nos ha bendecido...
Pr. Domingo Acuña
lunes, 11 de agosto de 2008
sábado, 2 de junio de 2007
VIDA
DEFIENDE LA VIDA
Vivimos una época en que mucha gente no valora la vida.Veamos estos cinco casos:
1. El padre es asmático, la madre tuberculosa. Tienen cuatro hijos. El primero es ciego, el segundo es sordo, el tercero está muerto y el cuarto tiene tuberculosis. La madre está embarazada de nuevo. ¿Recomendarías el aborto en esta situación?
2. Un hombre blanco viola a una niña negra de 13 años y ésta se embaraza. Si fueras el padre de esta joven, ¿le recomendarías el aborto?
3. Una señora está embarazada; ya tiene muchos hijos, dos de ellos han muerto, su esposo está en la guerra y a ella le queda poco tiempo de vida. ¿Le recomendarías el aborto a esta señora?
4. Un ministro y su esposa, quienes enfrentan problemas económicos muy fuertes, ya tienen 14 hijos, son realmente pobres. Considerando su extrema indigencia, ¿recomendarías que la esposa abortara su decimoquinto hijo?
5. Una joven está embarazada; no está casada y su prometido no es el papá del niño que está esperando. ¿Le recomendarías que abortara?
Si contestaste que Si en alguna de las situaciones anteriores lee lo siguiente:
1. En el primer caso hubieras matado a "Beethoven".
2. En la segunda situación hubieras sido el responsable de asesinar a "Ethel Walters", una de las cantantes negras más famosas.
3. En el tercer caso hubieras matado al Papa Juan Pablo II.
4. En la cuarta situación hubieras aniquilado a Juan Wesley, uno de los más grandes predicadores del siglo pasado.
5. En el quinto caso hubieras sido el asesino de Jesucristo.
Valoremos mas la vida y veamosla realmente como el regalo de Dios.Y si eres de aquellos que creen que no debieron haber nacido, dejame decirte que, NO ERES UN ACCIDENTE.Dios te ama no porque seas bueno, sino porque El es bueno. El te dio la vida, y te la dió con amor.Dios te creó porque te ama, y si no eras nada cuando te creó, ¿crees que te deje de amar porque te sientes nada?El amor de Dios es incondicional. Algunos quieren que Dios aprecie lo que hacen, cuando él ya los ama como son. Dios te ama como eres.
Salmos 22:10 "A ti fui entregado desde mi nacimiento; desde el vientre de mi madre tú eres mi Dios."
Gálatas 1:15 "Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, tuvo a bien"
Isaías 44:2 "Así dice el Señor, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío."
martes, 15 de mayo de 2007
Tiempo de Esperanza
EL RECURSO QUE NUNCA SE ACABA
Pr. Domingo Acuña Yime.
Pr. Domingo Acuña Yime.
Ya eran doce años de padecimiento.
No solo era el dolor de la enfermedad, también la vergüenza que hacía que todo su mundo se hubiese venido abajo. Claro, en su sociedad una mujer con la menstruación era considerada inmunda en tanto duraran “esos días”. Más aún ella, quien llevaba ya doce años con ese flujo de sangre. Este azote no solo se había llevado sus fuerzas y su belleza física, también se llevó todos sus recursos económicos. Cuenta la historia que había sufrido mucho, de muchos médicos, y en esto había gastado todo lo que tenía, más de nada le había servido, antes le iba peor. ¿Que podemos decir de su vida social? Con esta enfermedad, nadie se acercaba a ella. Todos tenían temor de “contaminarse”, aún si se aventuraba a salir de la casa y alguien caminaba por su mismo sendero, se apartaba, se cambiaba de calzada. Podía escuchar el murmurar a sus espaldas: “Ahí va la inmunda. Quién sabe que pecado cometió que Dios la castigo”, “Se encuentra bajo una maldición, apartémonos de ella”.
Era una vida difícil de sobrellevar. Ni siquiera podía ir al templo a buscar refrigerio para su espíritu abatido, ya que su religión no le permitía entrar allí en el estado en que se encontraba. Lo más terrible era la soledad, en las noches de frío, en los días de fiesta, en los tiempos calurosos, siempre sola, sin nadie para consolarle...
Ahora estaba allí, bajo el implacable sol de su aldea, el calor agudizado por su vestidura que cubría todo su cuerpo. No quería ser reconocida, así que, aun su rostro estaba cubierto. Se sentía sin fuerzas, el ambiente le asfixiaba , se sentía desmayar. Pero una luz de esperanza le había impulsado a dejar su cerrado mundo. Había escuchado de él. Decían que había sanado enfermos terminales, que había dado vista a los ciegos, los sordos que se acercaban a él volvían a escuchar, y dicen que hasta había resucitado a algunos que había muerto. También había escuchado su nombre: Jesús.
Vio venir la multitud. Y en medio de ella, a un hombre al que todos querían tocar. Era él. Se sintió con nuevas fuerzas y se repetía a sí misma: “Si tocare tan solamente su manto, seré salva, si tocare tan solo su manto, seré salva...” Con esta idea en su mente (Algunos le llaman fe) vio pasar la multitud y a Jesús en medio de ella, y entonces se fue por detrás de ellos y extendiendo su mano tocó el manto de aquel hombre. Fue instantáneo. Cesó el dolor del alma y con él la sangre. De pronto, se hizo un silencio. Pudo escuchar la voz de Jesús que preguntaba ¿Quién me ha tocado? Los que con el estaban le decían: Señor, la multitud te aprieta, y dices ¿Quién me ha tocado? Pero el sabía que había recibido un toque especial, lleno de esperanza, pero también de certeza, de seguridad de recibir algo por ese toque.
Ella temblando de miedo al ser descubierta, se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
Y él le dijo: “Hija, tu fe te ha hecho salva; ve y queda en paz de tu azote”
La historia que acabas de leer es real y se encuentra narrada en la Biblia, (Evangelio de San Lucas capitulo 4 versos 25 al 34). A esta mujer se le habían acabado todos los recursos: físicos, económicos, sociales, religiosos, etc. Pero decidió echar mano de un recurso que es inagotable: la fe en Jesucristo. Este recurso está disponible también para ti. No importa cual sea la circunstancia que estés viviendo, o la dificultad que estés pasando. En este mismo instante puedes acercarte a Jesús con la seguridad que él te va escuchar y a ayudar.
Ese mismo Jesús que sanó a esta mujer, murió por causa de nuestros pecados, pero resucito para darnos entrada, por la fe él, a nuestro Padre celestial.
Si deseas conocer más acerca de Jesucristo y el plan que él tiene para tu vida, te invito a escribirnos a domingol11@hotmail.com o domingol11star@gmail.com También puedes llamarme al Cel. 316-8659401.
Que la paz y la bendición de Dios estén contigo hoy y siempre.
lunes, 9 de abril de 2007
MAIZ
En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.
- ¿Por qué comparte su mejor semilla con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso? preguntó el reportero. -Verá usted, dijo el agricultor. El viento lleva el polen de un sembrío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada echaría a perder la calidad del mío. Si siembro buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga.
Lo mismo ocurre en nuestra vida. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, pues el bienestar de cada uno está unido al bienestar común.
Gálatas 6:2Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo.
lunes, 2 de abril de 2007
RAICES
Tiempo atrás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días.
Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.
Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no creciesen, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría. Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demoraríanmás para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar para lo más profundo, en busca del agua y de las varias nutrientes encontradas en las capas más inferiores del suelo.Así, según èl, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agrego que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuviesen siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!.Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno.
Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento.Qué efecto curioso, pensé... Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido.Frecuentemente oro por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de este mundo... He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis oraciones.Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos.
Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, querramos o no, la vida no es muy fácil.Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a orar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y doblegados.
Porque él será como el árbol plantado junto á las aguas, que junto a la corriente echará sus raìces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.
Jeremías 17: 8
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